La celebración del Día Internacional del Manatí, el 7 de septiembre, tiene su origen en los países de América Latina donde esta especie es mayoritaria, la intención es promover la conservación de este mamífero herbívoro inofensivo que se encuentra en peligro crítico de extinción según el Libro Rojo de la Fauna Venezolana.

El Manatí o “vaca marina” es un mamífero acuático que habita en las costas de Venezuela y en las desembocaduras de los ríos y está presente en el Parque Nacional Delta del Orinoco, en paises como África y en América, desde el sur de los Estados Unidos hasta la costa norte de América del Sur; actualmente sobrevive un solo género llamado Trichechus, representado por cuatro especies.

Los manatíes son recicladores de nutrientes, pues estimulan el crecimiento de varias plantas acuáticas y de otros animales, al tiempo que ayudan a que haya más nutrientes en el lugar donde viven.

Esta especie es muy vulnerable a la cacería persistente, dada su baja capacidad reproductiva, la demanda se centra en el comercio de su carne, grasa, cuero y huesos.

Entre otras amenazas se ha señalado su muerte en redes de pesca, colisiones con embarcaciones a motor, además de la alteración de su hábitat para la construcción de diques y represas, el drenado de humedales, la deforestación de bosques de mangle y la contaminación.

Es por esto que, el Instituto Nacional de Parques (Inparques) conjuntamente con el Ministerio para Ecosocialismo (Minec) realizan esfuerzos para proteger y conservar esta especie, acotando que se requiere también de la participación de todos los sectores, educación ambiental para lograr resultados positivos, tal es el caso del rescate reciente de un Manatí híbrido único en su especie, que se encontraba desorientado en las costas venezolanas.

Gracias al apoyo del Instituto Venezolano de Investigación Científica (Ivic), Minec e Inparques se logró un rescate exitoso de esta especie, la cuál será trasladada a la Isla de Margarita para continuar con sus recuperación.

Prensa Ecosocialismo / Minec / Inparques / Nueva Esparta / Miguel Grahan