Los momoyes, mamóes, mumúes o espíritus del agua son un tipo de duendes del folklore venezolano, habitantes de los Andes venezolanos desde tiempos precolombinos.
Es una entidad sagrada y quiénes creen lo relacionan con el agua y las lluvias, además se afianzó como un icono de esta población.
Esta creencia permite expresar de manera alegórica la vida cotidiana del trabajador en el campo, los valores, expresiones culturales del pueblo de Boconó.
Se le describe como una criatura benigna como pequeños hombrecitos de unos 40cm de altura traviesa, pero sobre todo por ser criaturas defensoras de los espacios naturales y ecológicos.
Tiene una figura de imagen protectora de la agricultura y las cementeras.
En cuanto a carácter, muchos afirman que son traviesos y amigables, pero toman represalias contra quienes dejan desperdicios, contaminan p destruyen la naturaleza a su paso.
Se caracteriza por estar vestidos de manera indígena, adornando su cuerpo con plumas, hojas y flores, ayudando a caminar con un bastón.
También se los describe con barbas largas ataviados por enormes sombreros de cogollo.
Aunque se les llama espíritus del agua, están vinculados con otros elementos de la naturaleza.
Esta tradición milenaria fue modernizándose y tomando elementos propios de su entorno, de la vida rural, de la faena campesina de siembra y cosecha, en la que el papel de las lluvias, así como del caudal de las lagunas, ríos, y quebradas, tiene enorme significado para la obtención de buenos frutos.
El jardín botánico de Caracas cuenta con un tronco dónde está tallada la imagen de esta criatura o pequeño hombrecito cuyo objetivo es la protección de las áreas naturales en conjunto a sus ecosistemas
Esto con la intención de respetar las culturas y creencias que hay en las regiones andinas del país.
Desde el Instituto Nacional de Parques apoyamos cualquier iniciativa que conlleve a la construcción y sustentabilidad de los espacios naturales.
Prensa Ecosocialista / Prensa, Dirección Regional de Inparques Caracas / Texto: Carla Sons.